Y así hemos comenzado nuestra semana cultural resolviendo el misterio del robo del cuadro de La Mona Lisa.
Al llegar al aula nos encontramos con una nota de periódico y un sobre.
Nos comentó que el viernes acudían a visitar el centro la policía nacional española, pero que el enviaría unos hombres de la germanderia francesa infiltrados para poder resolver el caso. La única forma que tendríamos de saber si eran francesas, sería sin veíamos que nos guiñaban un ojo.
Los días pasaban lentamente, todos estábamos ansiosos de que llegase el día y ver que ocurría. Mientras nos preparamos e hicimos nuestra gorra de policía y nuestro coche.
Y el día llegó y al entrar a clase nos encontramos con esta caja. Ya las pegatinas que llevaban nos hizo pensar rápidamente en la policía francesa y, no estábamos equivocados.
Dentro, además de una carta firmada por el mismísimo Jean Paul Depardieu, venía una documentación para rellenar e intentar ayudar a la policía secreta. Hoy el caso se tenía que intentar quedar resuelto.
En gran grupo dialogamos y pusimos en común todas nuestras conclusiones, dejándolas plasmadas en los documentos.
Nos pedían las huellas de la sospechosa, también nos había envido el polvo especial para ls huellas dactilares, así que con cuidado manipulados el cuadro y pudimos obtener las huellas que después pegamos en los formularios.
Pero, hemos tenido un giro inesperado de los acontecimientos.
Al volver a clase tras el patio vimos en la mesa de nuestro conserje este tarrito, el mismo que nos habían enviado para obtener las huellas del cuadro.
La cabeza nos iba a mil.
¿Qué había ocurrido realmente?
Los peques comenzaron a vigilar al conserje y vieron sus manos manchadas de polvo negro.
Y a partir de aquí, otra vía de posible sospechoso comenzó a surgir:
-el cuadro pesa mucho, alguien tuvo que ayudar a la directora.
-Juanjo (nuestro conserje) tiene las llaves de todos los sitios.
- la directora es muy buena ella no ha podido ser, Juanjo la engañó y convenció.
Y ese fué su veredicto final. Jajaja
Una vez todo recogido lo enviamos de vuelta.
Pero no todo lo pudimos resolver así de tranquilos. Al poco de comenzar recibimos una visita, una visita que nos guiñó un ojo. Ya sabíamos que si nos lo guiñaba era porque pertenecia a la policía secreta francesa.
Una vez cumplida nuestra misión, disfrutamos de esta intrigante visita, que nos enseñó el furgón policial y su ropa de trabajo.
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